En nuestras instalaciones unimos y reforzamos la mayoría de materiales a prueba de grandes presiones con materiales de gran calidad. Realizamos distintos tipos de soldadura para resolver las necesidades que presentan nuestros clientes.
 
 Soldadura autógena
 Soldadura con estaño/plata
 Soldadura por puntos
 Soldadura MIG/MAG
 Soldadura TIG

La soldadura autógena se utiliza en el ámbito de la fusión y también se la conoce como soldadura oxiacetinética.

Gracias al uso del soplete se consigue la mezcla entre el oxígeno, que es comburente, y acetileno, que es el combustible.

Mediante la unión de gases se crea una combustión que provoca la llama. Así, la soldadura autógena se utiliza, sobre todo, para unir piezas mecánicas. Cuando ambas piezas están juntas se calienta la unión hasta el punto de fusión produciéndose un cordón de soldadura. Es un proceso en el que normalmente no se utiliza la aportación de materiales externos. La soldadura autógena es compatible con cualquier tipo de metal y ofrece distintas opciones de posición para trabajar.

La soldadura con estaño/plata se caracteriza por ser blanda. Consiste en realizar uniones en las que el material de aportación tiene un punto de fusión menor que el material base. De esta forma, la soldadura se realiza sólo con la fusión del material de aportación que se distribuye entre las superficies de la unión.

La soldadura por puntos es un método de soldadura por resistencia el que se calienta una parte de las piezas a soldar por corriente eléctrica a temperaturas cercanas a la fusión y se ejerce una presión entre ellas. Generalmente, se aplica a la soldadura de chapas o láminas metálicas de entre 0,5 y 3 mm de espesor.

La soldadura MIG/MAG es un proceso con electrodo consumible. Se produce un arco mediante un electrodo formado por un hilo continuo y unas piezas a unir, quedando protegido de la atmósfera circulando por un gas inerte.

Por último, la soldadura TIG nos permite obtener soldaduras más fuertes y resistentes obteniendo mayor calidad. Es un sistema en el arco con protección gaseosa que utiliza el intenso calor de un arco eléctrico generado entre un electrodo de tungsteno no consumible y la pieza a soldar donde se puede utilizar o no un metal de aportación.